Marc Cano es otro deportista mallorquín que compite en la Serie B italiana de fútbol sala. Las medidas de prevención sanitaria por el coronavirus le están afectando hasta el punto que las autoridades ya han cerrado el pabellón donde el Sipremix Limatola juega y entrena, además de haber suspendido de forma indefinida la competición. El isleño reside en Benevento, a 35 kilómetros de Nápoles, en el sur del país. A pesar de que el foco principal de contagio está en el norte, el número de casos también está llegando al resto de regiones italianas.
Trato de tranquilizar a mi familia pero no descarto volver a casa porque la situación es incómoda.
Alteraciones
“Trato de hacer vida normal pero la situación es incómoda y se está poniendo cada vez peor”, reconoce Cano. El jugador de 23 años no descarta “tener que voler a casa porque nos han cerrado el pabellón, no podemos entrenar y la competición está parada de forma indefinida” agregando que en Nápoles “no estamos al nivel de Milán, con pueblos en cuarentena, pero sí hay gente que va como loca a los supermercados por si los productos se agotan“. El mallorquín reconoce que trata de “tranquilizar a mi familia diciéndoles que sigo las recomendaciones de lavarnos mucho las manos, evitar aglomeraciones de gente y utilizar mascarillas sanitarias”.
Cinco años en Italia
Tras formarse en Alcúdia y pasar por el Recreatiu Manacor y el Palma Futsal juvenil, Cano inició su aventura en Italia en 2015. Antes de recalar en el Sipremix militó en la Polisportiva Sammichele, Lido de Ostia, Futsal Canosa y Città Asti. “Nos tienen muy bien considerados a los jugadores españoles en Italia” reconoce el pivote que enumera ciudades como “Milán, Turín, Roma o Bari” donde ha podido jugar y residir antes de venir a Nápoles.