Guillem Boscana está recibiendo un castigo excesivo por criticar en la Cadena COPE a las dos árbitros que dirigieron el partido que el Iberojet Palma perdió en Son Moix ante el Araberri. El presiente del Bahía San Agustín siempre ha hablado claro y nunca ha medido sus palabras a la hora de lanzar elogios ni como en esta ocasión para criticar a hombres y mujeres por igual. Boscana ha sido durante años el azote de los políticos, hombre y mujeres, jugadores y jugadoras de sus plantillas. También le han visto y escuchado enfadado, incluso enfurecido, como él mismo ha reconocido tantas veces.
Machismo es que mujeres solamente puedan ser árbitros asistentes en el fútbol profesional.
Sincero
Para los medios de comunicación, el presidente ha sido siempre un personaje que gusta entrevistar por su sinceridad, cercanía y, en especial, por su tono coloquial. Boscana utiliza las mismas expresiones sea cual sea el auditorio para el que habla y ello, hasta ahora, incluso gustaba. En cuántas ocasiones hemos escuchado en los minutos de tertulia previos a una rueda de prensa a Guillem Boscana lo de “veremos a quien le tocará recibir hoy”. Por regla general siempre hay damnificados pero, en esta ocasión, ha sido damnificadas. El problema está en que no supo, como es habitual, medir sus calificativos.
Las críticas a Eva Sánchez y Sara Peláez, como árbitros, pueden y deberían ser normales. No por ser mujer debes pitar con un bonus a la hora de que se opine sobre un arbitraje o cualquier otro trabajo o tarea. Su frase en la COPE de “no me había pasado nunca tener dos mujeres de tres árbitros, creo que con una basta porque hubo momentos que perdieron un poco los papeles y no estuvieron afortunadas independientemente de que fuesen hombres o mujeres, pero nunca había visto un partido con dos colegiadas”.
Desolado
Creo conocer a Boscana lo suficiente como para saber que no hubo ni machismo ni mala intención. Solamente hubo enfado por un mal arbitraje de dos mujeres que, según su punto de vista, no estuvieron acertadas. En cuantos partidos ha criticado a los árbitros, incluso con salidas de tonos y gestos desde la grada, no ha pasado nada. Al presidente, en sus declaraciones, lo deja claro al afirmar que “independientemente de que sea hombres o mujeres”. A partir de aquí el resto de las declaraciones son interpretables. Guillem apenas ha dormido. Está desolado, abatido y muy preocupado por lo que puedan pensar de él los que no le conocen. No tiene ningún problema con el arbitraje femenino. Es de las opiniones que si todos los árbitros de la liga tienen que ser mujeres, estarías de acuerdo. Por cierto, para cuando mujeres arbitrando partidos en Primera o Segunda y no solamente como asistentes. Esto sí que es machismo, para mí.
