La derrota en Córdoba debe servir para que los futbolistas, la afición y el entorno vuelvan a tocar con los pies en el suelo. Han sido dos semanas -en especial la pasada- de vino y rosas y borrachera de éxito hasta el punto de escuchar hablar de ascenso directo. Ni Maheta Molango ni Vicente Moreno han sido capaces de, con sus discursos, rebajar el entusiasmo desatado y ha teneido que ser el peor equipo de la categoría el que ha puestos las cosas en su sitio.
La derrota llega en el momento justo para regresar al papel de recién ascendido que solo piensa partido a partido.
Bofetón
Espero que el bofetón del Córdoba haya conseguido hacer volver a la realidad a los futbolistas que, con tanto halagos, se lo habían creído. Últimamente se había perdido la serenidad y, sobre todo, la frialdad de saber manejarse en un momento clave del campeonato. Se ha entrado en la fase final de la peor manera posible y el entrenador, consciente de ello, fue crítico tras el partido. En mi opinión la derrota ha llegado en el momento justo para regresar al papel de equipo recién ascendido con el objetivo cumplido que no piensa más allá del partido a partido. Cuando hemos dejado de ser el tapado y muchos han puesto el champagne a enfriar, todo el trabajo de meses ha saltado por los aires.
Realismo
Bienvenida la derrota en el Nuevo Arcángel si ahora cada actor no se sale del guión. No podíamos seguir instalados en la fantasía de que el PlayOff estaba asegurado dando por hecho que, tras ganar en Córdoba, el equipo debía apuntar al ascenso directo. Ello significa no saber como funciona LaLiga. Desde el principio me he alineado con el técnico cuando no quiere oir hablar de PlayOff ni ilusiones porque no dejan de ser fantasías que no te llevan a ningún sitio porque pierdes con el último y hay que volver a empezar. En ningún caso quiero que se me tache de derrotista. Solamente intento ser realista con el escenario de este apacionate final de temporada.
Portada: La plantilla rojilla saluda a los aficionados desplazados a Córdoba (LaLiga).