Fue una presentación trabajada con esmero, cuidando los detalles. La organización de La Vuelta trabaja un concepto propio. Ni copia ni pega. Tiene un estilo definido y se esmera en hacerlo ver. Desde la tipografía de sus enunciados, pasando por la presencia intensa del rojo en su imagen corporativa, hasta el diseño de sus recorridos. Busca y encuentra la impronta hispánica y se ayuda en las raíces históricas de su apellido — España ―. El organizador de la carrera, Javier Guilen, sabe lo que se hace. Ha revalorizado su producto y debería tener el beneficio de la duda por parte de aquellas voces críticas, que haberlas, haylas.
Flandes
Si la edición del año pasado eligió el valor trascendental de las Catedrales, en ésta, se viaja a la España de los Austrias. La presentación comenzó reproduciendo teatralmente el lienzo de Velázquez, la Rendición de Breda. Una obra de arte que representa la historia compartida de los Países Bajos y España. La ciudad de Utrecht ya se prepara para levantar el telón de La Vuelta 22. Tres etapas, con CRE incluida, con sus típicos muros y tramos adoquinados, darán la bienvenida más internacional de los últimos años. De este modo, la ciudad holandesa será la única que habrá sido anfitriona de las tres grandes: Tour, Giro y ahora La Vuelta.
Todo nos hace indicar que Navacerrada está puesta para rematar y decidir el virtual ganador.
Sorpresas
La Vuelta 22 mantiene la coherencia ideológica que la ha convertido en referencia e influencia sobre sus “hermanas”. Etapas no muy largas, finales en cotas que favorecen la explosividad por encima del fondo, y llegadas inéditas que generan incertidumbre por lo desconocido, por lo no explorado. A la organización le gustan las sorpresas. Sí que se echa en falta alguna mítica cumbre pirenaica, en la que tantas gestas se han protagonizado. Algo que podría considerarse como un despilfarro de oportunidades perdidas. Ahora no son tendencia, pero que no lo sean, no quiere decir que no haya montaña en La Vuelta 2022.
Rompepiernas
Las tres provincias vascas, con sus sube-baja autóctonos, castigarán de lo lindo las piernas de los ciclistas, antes de hacer frente a la cordillera cantábrica con su Pico Jano, de la familia de los de Europa, como reseña más destacable. Si el tiempo no es bueno, que en el norte es una posibilidad, los descensos, más que los ascensos, pueden empezar a marcar diferencias, todavía salvables. Como perfil, la primera semana se encuadra dentro de la lógica, con los típicos finales en repecho. La idea es ir calentando al personal para lo que se le avecina.
Desniveles
Sin día de descanso de por medio, el primer fin de semana serio nos lleva a los montes astures. Empiezan los desniveles importantes. Sin rampas extremas, se acumulará dureza y desnivel, ayudando a definir la selección de los favoritos, sin hacer todavía mucha sangre. Estudiados los diferentes puertos, dudo que alguno otorgue renta suficiente, por lo que es bastante probable que, las cortas diferencias entre unos y otros nos aboquen a ver lideratos inestables.
Mirando al sur
Llega el traslado al sur de la península y con él nos adentramos en el misterio. Habitualmente el transcurso de la carrera es inverso. De sur a norte. En esta edición es al revés. La Vuelta baja al sur para que las ochos provincias andaluzas nos aclaren los puestos de honor. Sierra Nevada, muy conocida por el pelotón al ser lugar habitual de entrenamientos en altura, la Sierra de Pandera y Peñas Blancas, entre otros puertos, están llamados a ser concluyentes. ¿Será así? Hay dudas al respecto. No esperen grandes escapadas, más bien, es probable que antes veamos retorcerse a los ciclistas en rampas de dos dígitos. Salvo que haya un dominador claro, todavía no veo grandes diferencias en la general. Es evidente que La Vuelta nos quiere alargar la emoción. Son etapas que más parecen buscar el homenaje a Valverde, que decidir la carrera.
Puertos trampa
Solo si hay Roglic-2021, la tercera semana podría quedar aguada. Algo que espanta a cualquier organizador. Se quiere llegar a Madrid con todos en un puño. Quizá Extremadura, que ha venido para quedarse, libre la gran batalla de esta vuelta. El público y el calor, además de puertos trampa, distintos a lo acostumbrado, puede depararnos alguna sorpresa agradable. El espectáculo lo doy por garantizado.
Aun así creo que el verdadero final de fiesta se nos reserva para la sierra de Guadarrama. La etapa reinante, que no reina, se correrá en las célebres cimas que unen Segovia y Madrid. Es muy probable que se revivan historias pasadas como la de Delgado con Millar, o más recientes, con Aru y Dumolin. Todo nos hace indicar que Navacerrada está puesta para rematar y decidir el virtual ganador.
Emoción
Confuso puede quedar el lector con este análisis. Hay motivos para ello. El diseño exige tener confianza en la organización, que, como decía al principio, sabe lo que quiere y merece todo respeto, porque han levantado a La Vuelta desde muy abajo. Pero si este argumento no les basta para ilusionarse, algo normal, les doy uno que seguro les acaba por convencer.
No teman. Viviremos una vuelta apasionante, emocionante. ¿Saben por qué? Porque los ciclistas que tenemos la suerte de poder ver son unos locos a los que les apasiona el ataque. Conciben el ciclismo de este maravilloso modo y, me temo, que el organizador ha contado con este cualificado ingrediente, sabiendo que, hasta ahora, no se presentaba en Ifema. Irrumpirá en las tardes del próximo mes de agosto, cuando el sol más calienta. Bienvenida La Vuelta 22.