Miguel Bestard es el flamante vicepresidente de la RFEF para el fútbol aficionado. El actual mandatario de la Federación Balear de Fútbol da el salto al panorama nacional tras la reciente victoria de Luis Rubiales en las elecciones a la presidencia. La trayectoria del bunyolí le avala como apto para gestionar, dirigir y mejorar el fútbol modesto que supone una parte importantísima del volumen de federados en España. Bestard atendió los micrófonos de Radio MARCA Baleares.
Tomeu Terrasa: ¿Cómo ha recibido la noticia?
Miguel Bestard: Espero no cambiar demasiado mi forma de actuar. No es lo mismo manejar una federación con 30.000 fichas o una parcela con 3 millones de federados. Se trata de trabajar por el fútbol aficionado, femenino y futsal. Hay que unir todo el fútbol nacional para no hacer el papelón que hemos vivido en el último año. No he venido a ganar dinero.
¿Cómo surgió?
Un día Luis Rubiales habló conmigo para proponerme un cargo. No me comprometí a darle nuestros votos. Dudábamos en muchas cuestiones pero la candidatura de Larrea era nula. Todos pensamos que debe haber un cambio, el nuevo presidente tendrá muchos retos de gestión. La RFEF es como un ministerio y necesita un lavado de cara.
¿El cargo es de corta duración?
Son dos años. El fútbol amateur ocupa el 99’9% si quitamos la élite. No es fácil pero debe imponerse la cordura entre todos los estamentos del fútbol. Luchando todos juntos tenemos mucho poder. Si no la imagen es muy mala. Haremos propuestas para que las Canarias y Baleares no seamos tan perjudicados como en la reestructuración de Tercera y Segunda B.
¿Contará con tu gente de confianza?
Sí, tenemos a mucha gente válida en las islas. Montaremos un equipo trabajador. Hay que luchar por lo nuestro sabiendo que trabajaremos para todos.
La RFEF es como un ministerio y necesita un lavado de cara.
¿Ya tiene claro lo primero que hará?
Pararemos el proyecto de reestructuración de Segunda B y la distribución de Tercera.
¿Se resentirá la FFIB?
No, al contrario. Es mi prioridad seguir con la misma línea de siempre. Intentaré estar siempre al pie del cañón pero sabiendo delegar.
