Miguel Bestard tomará posesión como nuevo vicepresidente de la poderosa Real Federación Española de Fútbol para ser el máximo responsable del fútbol aficionado. El cargo implica que el mallorquín sea el número uno de la Española en todas las competiciones de Segunda B hacia abajo. El presidente Rubiales jugará otra liga. La carga de trabajo y responsabilidad son de una gran magnitud. Bestard debe asumir todo lo que no refiere a la selección española y Copa del Rey. El fútbol amateur masculino y femenino está en manos del actual presidente de la Balear. Rubiales ha confiado en nuestro presidente para que maneje los complicados entresijos del otro fútbol que él desconoce. El presidente de la Española prefiere codearse con la élite, con Lopetegui y el día a día de la lista de convocados además de pasearse por el fútbol profesional.
Alemany, Villar y ahora Rubiales han confiado en la figura de Miguel Bestard.
Refundación
Luis Rubiales debería refundar el fútbol de Segunda B haciéndolo más profesional en todos los sentidos para que se pueda comercializar y ofrecer una marca. Después de haber conocido el Grupo III creo que es una misión imposible que haya clubes que puedan cumplir unos mínimos en instalaciones, medios y marketing. Conocedor de ello se ha borrado y lo ha dejado en manos del bunyolí. Como mucho le veremos en la entrega de la Copa Presidente y en la del campeón de Segunda B donde podría darse el caso que la entregara Bestard, en lugar de Rubiales, al Mallorca. Veremos cuanto de sus objetivos se llegarán a cumplir como la integridad, transparencia, control financiero, fútbol femenino y potenciar la base. Por cierto, copiados del manual de actuaciones de Tebas con temas que la LFP cuida mucho y proyecta como son estos valores. El exfutbolista lo ha tenido claro y ha preferido no bajar al barro enviando a Bestard a un mundo que conoce y en el cual se mueve muy bien como son las territoriales y algún club muy poderoso en la categoría.
De agitador a Presidente
Bestard ha formado parte del eje federativo con la catalana y extremeá. Rubiales le ha entregado los trastos a Bestard que, solamente en dos años, poco podrá cambiar. De momento arreglar el lío que hay en curso con las reestructuraciones de Segunda B y Tercera División además de apagar importante sincendios entre disidentes al poder establecido. Algo que ocurre con algunos presidentes de clubes y federaciones todavía fieles al régimen que implantó Villar. El exfutbolista y sindicalista está hoy en el otro bando. Veremos como se mueve entre las presiones de los grandes clubes, los operadores de televisión y las ingerencias políticas. Ha pasado de ser un agitador a estar sentado en el despacho con más poder del deporte español. Veremos como le afecta al que hace 18 años jugó en el Mallorca B el síndrome de la poltrona.
Hombre de Estado
A nivel personal me alegra que Bestard sea feliz. Se le nota al hablar con él. Está encantado con el nombramiento y muy agradecido a Rubiales. La figura del mallorquín está altamente considerada entre la gente de fútbol. Primero fue Mateu Alemany quien lo fichó y se apoyó en él para su aventura de desbancar a Villar. Después fue el propio presidente quien lo recondujo a su equipo directivo y Bestard supo conseguir que le ocmprasen y construyeran la nueva sede del fútbol en Son Malferit. También ha sabido desmarcarse luego de la presunta corrupción del antiguo régimen y, en otro brillante maniobra, conquistar a Luis Rubiales quien ha visto en él un hombre de consenso y por ello lo ha convocado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Nunca me olvidaré del primer dia que me reencontré con Bestard después de pasar una mala época por motivos de salud en los cuales pasó algunos momentos críticos. Fue en la presentación del libro Sent Binissalem de Albert Salas y Dani Barjacoba. Al saludarle, sus primeras palabras fueron: “era mort, Tomevet”. Salud presi y suerte para vivir esta nuevo y merecido cargo del fútbol español.
