Los que me conocen y me siguen desde hace años saben que no soy seguidor de competiciones como las internacionales de selecciones o clubes. Como ejemplo, en 2010 me perdí como España se convertía en campeona del Mundo. Si toda la gente hiciera lo mismo, seríamos más felices porque, si algo no te gusta, no lo veas. Partiendo de la base que no soy un apasionado de estos entramados, la creación de la Superliga Europea de fútbol es más de lo mismo. A pesar de que, en esta ocasión, los super grandes clubes se han desmarcado incluso de sus compañeros de la clase alta de las ligas.
Esta maniobra tiene la intención de presionar a la UEFA a renegociar el reparto económico de la Champions.
Alejamiento
Este proceso de ruptura gradual los clubes mega millonarios lleva cocinándose desde hace tiempo. En él debemos incluir a los aficionados, medios de comunicación sin derechos y a sus rivales domésticos. Todos, incluso el Mallorca, pasan de sus seguidores. A la prensa se nos ha apartado del entorno de los equipos aprovechando le excusa de la pandemia. Solamente podemos preguntar en ruedas de prensa telemáticas al entrenador e incluso la afición tiene más acceso que nosotros a los jugadores en las redes sociales del club. El alejamiento de los super equipos respecto a la vulgaridad futbolística ya es una realidad.
Levantamiento
Florentino Pérez, en una exclusiva mundial en el Chiringuito, fue muy claro: no les interesa jugar ante equipos europeos desconocidos porque no les aporta nada. Le dan barco al cabrum. Ellos quieren jugar entre la elite. Viajes fáciles, hoteles de lujo, estadios cinco estrellas y una buena inyección económica solo por participar. También tuvo palabras el presidente del Real Madrid para negarse a dar de comer al resto de clubes de la liga doméstica. Las reacciones han sido clamorosas contra el club blanco, Barcelona y Atlético. El dinero de LaLiga para estos transatlánticos es calderilla. El mismo dinero que salva la temporada al resto de clubes como el Mallorca. Florentino y sus amigos quieren ganar, mínimo, seiscientos millones por temporada y no exponer a sus estrellas contra los equipos modestos. Encima si sancionan a los jugadores con no acudir a las selecciones nacionales, mejor. Porque luego estos clubes se quejan que regresan lesionados. Mi opinión es que esta maniobra tiene la intención de presionar a la UEFA a renegociar el reparto económico de la Champions League. Veremos si lo logran.