Si la Segunda División ya es igualada de por sí, esta se convierte en un desmán en las últimas jornadas cuando hay tanto en juego. Cuando la cosa no va, se opta por tomar decisiones que no siempre son las correctas por la precipitación que provoca la ansiedad como hemos presenciado durante esta semana con el decimosexto cese de un entrenador este curso, dimisiones de consejos de administración así como también de directores deportivos.
El gran acierto de Molango y Recio ha sido ofrecer confianza y dar continuidad a Moreno.
¿Revulsivo?
Algunas veces ese efecto revulsivo se puede volver en contra. Se busca salir de la monotonía y el conformismo de la plantilla para que encuentre la chispa en los entrenamientos al tener que ganarse de nuevo el puesto con el técnico recién llegado. A veces es mejor, cuando uno equipo ya se ha bloqueado y no avanza, aplazar estas decisiones drásticas hasta el final de la temporada por más que se sacrifiquen los resultados. Cada entrenador tiene su forma de ver el fútbol, sistemas de juego y táctica.
Sin ansiedad
La entrada de un nuevo inquilino en el banquillo puede darle un subidón de entrada al equipo, pero el mundo ya no se mueve igual que antes. Los 45 millones de euros que esperan a los clubes que ascienden a Primera lo condicionan todo y al final los dirigentes intentan lo que sea para enderezar el barco para asegurar el PlayOff o subir de forma directa. En este sentido el gran acierto de Maheta Molango y Javier Recio ha sido ofrecer confianza y dar continuidad a Vicente Moreno. Este factor puede marcar la diferencia a nivel de resultados.
Portada: Juan Antonio Anquela es el decimosexto entrenador cesado esta temporada en Segunda (LaLiga).