Que Vicente Moreno, como entrenador, suelte un mensaje sembrando incertidumbre sobre su continuidad en la entrevista en Diario de Mallorca es una arma de doble filo. Es cierto que él siempre se ha mostrado como una persona que dice lo que piensa o tal vez ha querido desviar la atención antes del importante partido ante el Deportivo. Pero creo que las consecuencias de estas palabras pueden levantar polémica.
Hay que tener cuidado porque todavía queda mucha temporada y estas palabras pueden pasarle factura a Moreno.
Titubeo
La lectura que hago es negativa porque no es bueno que el vestuario vea a su entrenador dudar. Lo digo por experiencia propia. Cuando tus jugadores se enteran demasiado pronto que no vas a seguir, estos se desmarcan. Suele pasar muy a menudo. Moreno está en su derecho de escuchar ofertas y plantearse su futuro porque los números le avalan. Pero creo que hay que tener cuidado porque todavía queda mucha temporada y estas palabras pueden pasarle factura a la hora de exigir rendimiento a los futbolistas.
Dejarse querer
La gente que trabaja con Moreno en el día a día, Molango y Recio, deben saber perfectamente cual es su pensamiento y agradecen todo lo que ha aportado. La cuestión es si la propiedad, que sigue solamente los resultado y de vez en cuando vienen a ver algún partido suelto al estadio, tal vez no le valoran suficientemente y deben saber que tienen a un activo que cotiza al alza en el fútbol nacional. Entiendo que el valenciano se deje querer porque, cuando vienen malos resultados, los palos caen sobre la espalda del entrenador. Es un perfil de técnico que encaja perfectamente en Primera. Personalmente creo que tiene las cosas muy claras y prepara los partidos hasta el último detalle.