Mateo Alemany sigue siendo un viejo zorro del fútbol profesional. Es como si el tiempo no hubiese pasado desde la última vez que pisó Son Moix en 2011. La invitación al palco de Mestalla me llegó, como tiene que ser, por sorpresa y solamente con el estrecho margen de veinticuatro horas antes del Valencia-Mallorca. Mi presidente sabe manejar los tiempos a la perfección. Sin que del Mallorca hubiese salido todavía de su hotel, Alemany ya ganaba el partido por uno a cero. Gran puesta en escena, trato exquisito, cordialidad y demostración de fuerza en la planta noble del templo del valencianista, donde él mejor se maneja.
Sin que el del Mallorca hubiese salido todavía de su hotel, Alemany ya ganaba el partido por uno a cero.
Off the record
Alemany, como a él le gusta, declinó hacer declaraciones oficiales pero la charla con él no tuvo ni un segundo de desperdicio. El director general ché hizo gala de un absoluto conocimiento de lo que pasa en Palma. La vieja guardia todavía está muy presente en Son Moix. Para empezar, el andritxol firmaría que acabemos cuartos. Su Valencia en Chmapions y su Mallorca con la permanencia asegurada. El expresidente rojillo reconoció que el tope salarial de 28 millones para los mallorquinistas es un lastre que solamente la solidez defensiva, la fiabilidad en casa y el buen concepto que tiene de Vicente Moreno, pueden salvarlo.
Regreso
A nivel institucional, Alemany comparó su situación en Valencia con una propiedad extranjera asiática y la del Mallorca con Sarver y el accionarado americano. Al gestor le llama poderosamente la atención que este tipo de mandatarios no son nada resultadistas y su estado de ánimo no dependa de ganar o perder. Alemany confesó que,sus disgustos deportivos son difíciles de digerir como cuando empezó en los tiempos del Lluís Sitjar. El ejecutivo natural Andratx tiene marcado en el calendario su regreso al palco de Son Moix. Apuntando que no ha vuelto a pisarlo desde 2011 cuando abandonó la gestión de la entidad y que no ha regresado para evitar malas interpretaciones.
Nostalgia
Para concluir el encuentro informal, Alemany no desperdició la oportunidad de enseñar la grandiosidad de Mestalla. Desde el centro del centro del palco presidencial confesó, señalando la portería del fondo sur que, siempre que la mira le viene a la cabeza la tanda de penaltis de la final de 1998 contra el Barcelona. Incluso el pasado mes de junio en el Benito Villamarín la tuvo muy presente cuando se desquitó ganando a los catalanes la final por dos a uno. Por cierto, lo primer que ves cuando subes las escaleras que llevan a la planta noble del estadio valencianista, es el trofeo de la Copa del Rey en un lugar preferencial.
Portada: Mateo Alemany en el palco de Mestalla antes del Valencia-Mallorca (TTdeporte).
