67-73 fue el resultado de un partido de nuevo llevado al límite competitivo, ante un rival que obligó al Menorca a trabajar arduamente para desactivar sus mejores virtudes. Especialmente emotivos fueron los últimos instantes, empujados por el ánimo y aliento de más de sesenta aficionados -estudiantes, amigos, familiares, otros desplazados expresamente- mientras Sergi Llufriu anotaba los dos tiros libres definitivos.
Fuente: Bàsquet Menorca
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