Las edades del éxito

Se puede considerar la temporada como atípica. No es común ni habitual que un corredor alcance todos los objetivos que se había marcado, y además, de la forma en cómo lo ha hecho: aplastando. 

A lo largo del año se han ido escribiendo y comentando las hazañas de Pogacar. De todas ellas, la que más me ha hecho pensar ha sido la de que desde los tiempos de Eddy Merckx no se veía nada igual. Una afirmación que bien merece un análisis sosegado y reflexivo. ¿Qué ha cambiado en el ciclismo para que se haya producido un salto tan cualitativo? Me he detenido en conocer las edades del éxito de ambos campeones.

La temporada excelsa de Pogacar ha llevado a compararle con Eddy Merckx, el mejor ciclista de la historia.

Eddy Merckx debutó en el campo profesional con apenas veintiún años, coincidiendo con su homólogo Pogacar. El belga consiguió su primer y último gran triunfo en la Milán- San Remo, curiosamente el Monumento que se le atraganta a Pogacar, quizá por la escasa dureza que aguarda. Por el contrario, el esloveno, con apenas veinte años, ya consiguió su primer Tour de Francia. Merckx tuvo que esperar a tener los veinticuatro.

El Caníbal, en sus primeros años de profesional, se hizo el rey de las clásicas de primavera e italianas. Se estaba fraguando el campeón que después arrasaría a finales de los 60 y principios de los 70, con un palmarés que le confirió el apelativo con el que pasaría a la historia. 

A pesar de su juventud, se percibe en su carrera una progresión lógica en términos ciclistas. Merckx ganó su primer Tour con veinticuatro primaveras recién cumplidas, y el quinto y último, con veintinueve años. Se retiró con treinta y tres.

No todos pueden ser Pogacar

Contrariamente, Pogacar rompió con los cánones de décadas, generando una revolución en el ciclismo de formación, alterando el proceso natural de maduración que se le concedía a una joven promesa. Esta transformación puede encontrar su explicación en el cambio que la nutrición y la ciencia aplicada al deporte de élite han provocado en las nuevas generaciones.

Es cierto que existe una correlación entre los avances de la ciencia y los cambios en el ciclismo de formación

No obstante, aún está por conocer el menoscabo de esta aceleración en los procesos de formación en términos generales. En clave nacional, encontramos a Carlos Rodríguez y Juan Ayuso, referentes españoles de este cambio, que, si bien mantienen todas las expectativas abiertas en términos de talento y capacidades, la temporada que finaliza hace pensar en un receso del todo lógico si nos atenemos a su juventud que atesoran.

A la luz de esta reflexión cabe preguntarse si el fenómeno Pogacar es extrapolable. Considero que en la temporada que ha hecho el esloveno está la respuesta. Estamos ante un fenómeno de condiciones incomparables.

Cada persona es única e irrepetible. Forzar la progresión y los procesos de maduración en un deporte tan exigente solo puede conducir a destruir sueños y quemar a jóvenes, además de perjudicar drásticamente a los clubes y carreras que tienen como razón de ser trabajar con el ciclismo base y de formación. 

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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