Y la monotonía se violentó. Cuando todo estaba llamado a esperar la mordida de Roglic o el ataque imposible de Enric Mas, irrumpió en la carrera, Ben O’ Connor, eterno aspirante, que después de su espectacular cabalgada en solitario se convierte en serio aspirante al triunfo dando un vuelco a todas las previsiones.
La esperpéntica salida del Carrefour de Jerez de la Frontera estrenaba la segunda etapa de montaña. Se presumía dureza en el primer tramo de la carrera, algo que invitaba a imaginar una escapada de manual. A los favoritos se les fue la mano con la calculadora de la fuga. Presumo que habrán pasado mala noche, dando vueltas y revueltas a lo sucedido en la serranía de Yunquera.
La etapa estaba llena de peligros. Sucedió lo que podía suceder y nadie pensó que sucedería.
La inercia del día anterior, con su soporífera marcha, se alargó indebidamente a una jornada que estaba repleta de peligro. Sucedió lo que podía suceder y nadie pensó que sucedería.
La escapada de O’Ćonnor marcará la carrera a partir de ahora. La reserva de fuerzas de Roglic, el seguidismo acostumbrado de Mas sumado al despiste general del pelotón, favoreció a este ciclista que no es rival menor a tenor de su curriculum: cuarto del Giro de Italia 2024 y del Tour de Francia 2021 y octavo de la Vuelta a España 2022. Un rival de entidad y cargado de peligro.
Amanece una nueva y renovada Vuelta. El ciclismo se reinventa, algo que se agradece. No hay nada más aburrido en el deporte que adivinar lo que va a suceder. Bienvenido y gracias Ben O’ Connor por hacer saltar por los aires La Vuelta’24.
