La España que enamora

No es fácil comenzar con un reclamo de este calibre. España está hecha unos zorros. Desde hace una temporada, que comienza a ser excesivamente larga, vivimos de sobresalto a provocación continua. Sin embargo, en esta controvertida y peculiar nación, por emplear dos de los cientos de calificativos que podría merecer, siempre nos queda el adherente del fútbol. Eso sí, cuando este trae éxitos y triunfos.

La España de Luis de la Fuente, un otrora lateral aguerrido del legendario Athetic de Clemente, ha conseguido volver a ilusionar a todo un país. Ha pasado de ser considerado un palmero más del denostado Rubiales a un entrenador reconocido. Su humildad y buen hacer al frente de la selección han compensado las reticencias con las que fue nombrado. 

Sustituto del egocéntrico Luis Enrique, su designación parecía la de un seleccionador de transición. Me recordó el nombramiento de Iñaki Sáez, también ex jugador bilbaíno, cuando fue ascendido de la Sub 21,  en sustitución de Jose Antonio Camacho. 

Luis de la Fuente, equilibrio, armonía y libertad en el banquillo.

El mérito de este riojano fortachón es incuestionable. Siguiendo el sabio criterio del buen entrenador, no ha querido acaparar más protagonismo que el que su función le encomienda. Se ha centrado en colocar a los jugadores en las demarcaciones idóneas, a fin de compactar un equipo,  aun a cuenta de tener que descartar a mejores jugadores en según que posiciones.

La selección ha pasado de ser una amalgama de jugadores a un equipo compacto y equilibrado.

Gestor de personas y emociones, ha defendido a los suyos, logrando que la amalgama de jugadores en la que se había convertido la selección española,  se convierta en un equipo equilibrado y eficaz, sin menoscabar la libertad y movilidad de sus jugadores.

De la Fuente ha sido también valiente. Llevar a la Eurocopa y otorgarle los debidos galones a un jugador de diecisiete años, con brackets incluidos, no lo hace cualquiera. Menotti no se llevó a Maradona con la misma edad al Mundial del 78, cuando el astro la rompía en Argentinos Juniors. Lo de Lamile Yamal merece su dedicación.

Ha nacido una estrella en el planeta fútbol

El extremo tiene una sonrisa que enamora. Desborde, temple, pase, visión de juego y pegada, todo en uno. Estereotipo del mejor fútbol moderno, Lamal es un rayo de genialidad y esperanza en un fútbol que abusa de la inteligencia artificial. Descompone el fútbol de academia, de escuadra y cartabón. Ese de pase corto y atrás. Yamal es aire fresco, el regreso de la finta y el regate. El eslabón moderno del fútbol primitivo,  de calle y plaza de barrio humilde, el 304 para más señas. 

Yamal descompone el fútbol de academia. Es el regreso en versión moderna de la finta y el regate, el del fútbol de barrio humillde.

Hay jugadores a los que hay que darles las menos indicaciones posibles, para no maniatar el talento que llevan dentro. Trabajarles para que, desde la armonía y paz interior, revienten un partido con ese don invisible que atesoran.

De la Fuente, puede ganar o no la Eurocopa. Las finales tienen vida propia, e Inglaterra será más la Alemania que la Francia de esta Eurocopa, pero lo que sí ya ha ganado el seleccionador riojano es el mérito de lanzar una estrella al planeta fútbol: Yamile Lamal.  

Suerte y goles, España

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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