Hay una etapa del Tour de Francia que está a punto de comenzar, que tiene todos los números para convertirse en una gran batalla. Es la jornada que empieza y termina en la localidad de Troyes. Para muchos de los protagonistas que estarán en la Grand Depart de Florencia, está llamada a ser una de esas jornadas trampas que pueden determinar la clasificación general.
Una emboscada por los ” chemins blancs“, con las presumibles caídas y la dificultad técnica de tener que competir a lo largo de treinta y dos kilómetros de gravel, repartidos en catorce sectores, termina convirtiendo la novena etapa en una carrera superseñalada.
La práctica ciclista de moda – el gravel- tendrá su escaparate en el Tour de Francia.
No es la primera vez que el Tour de Francia o el Giro de Italia colocan tramos de pave o sterrato en su itinerario. También son conocidos los sectores estrella de la Strade Bianche o de la París-Tours. Sin embargo, la novena etapa del Tour concentra toda su dificultad y contenido ciclista en conocer quién de los favoritos compite con solvencia en esta superficie.
Puede convertirse en una jornada de eliminación para algunos, y de impulso decisivo para quien salga victorioso de la batalla. Roglic perdió sus opciones en el 2022 en una etapa similar, con una caída que le dislocó el hombro. Por el contrario, Pogacar, ya ha demostrado desenvolverse con destreza en este terreno, las dos veces que ha participado en la Strade Bianche.
La capacidad de Vingegaard será puesta a prueba en una etapa que le es desfavorable en su duelo con Pogacar.
Surgen muchas más dudas, si nos detenemos en el análisis y posibilidades de un mermado Vingegaard. Es probable que cuando llegue el día de Troyes sepamos algo más del verdadero estado del danés. En cualquier caso, sobre el papel y la experiencia que antecede a los candidatos, parte con una evidente desventaja añadida.
Lo que es evidente es que el espectáculo está garantizado. Los caminos de tierra blanca de la Champaña francesa, reservando seis tramos para el final de la etapa, conseguirán que el polvo y las piedras aporten el condimento ideal para que el aficionado no se separe del televisor.
