La mañana refrescaba como toca que suceda por estas fechas. En cambio, el día prometía convertirse en radiante. Luz y cielos despejados para una jornada dominical, con una cita cada vez más esperada en el calendario ciclista balear: la Marabans Mountain Bike Marathon.
Más de trescientos inscritos iban a inaugurar la temporada, apenas catorce días después del estreno del 2024. Con toda la indumentaria preparada, alguna prenda reluciente como corresponde después de la Navidad, el CC Santa Margalida, con su director deportivo, Toni Tauler, de mente pensante, lo tenían todo preparado y previsto para recibir a los cientos de bikers dispuestos a darlo todo durante tres horas de marathon.
Diversion, emoción… y Enric Mas
Un circuito atractivo y versátil, habilitado tanto para avezados como para noveles, tuvo en la sabia naturaleza un aliado inmejorable. Las lluvias de los últimos dos días dejaron el albero en perfectas condiciones para la práctica ciclista. Todo acompañaba para la gran fiesta de la mountain bike.
La Marabans Mountain Bike Marathon inauguró la temporada mallorquina con una excelente participación.
La presencia de conocidos ciclistas de pelotón mallorquín no pudo tener mejor abanderado que Enric Mas, quien pasa unos días en su tierra natal preparando el inicio de la temporada con la Challenge Vuelta Mallorca a la vuelta de la esquina.
Enric Mas conversaba amigablemente con los compañeros que le rodeaban en los puestos de salida. En esta ocasión, no se trataba de los Pogacar, Roglic y Evenepoel. La emoción se palpaba en el ambiente. La alegría campaba a sus anchas. Solo faltaba escuchar el sonido del silbato iniciático, coreado por un speaker insuperable, para que se desatara el caudal de emociones contenidas.
La temporada había dado comienzo. Nadie miraba atrás. La estampida fue de época. Cientos de ciclistas dispuestos a cabalgar durante tres horas de felicidad. Muy pronto se formaron los grupos por niveles, seccionando la carrera en una decena de pruebas intermedias. Cada una con su líder y sus perseguidores. Pequeñas sociedades con intereses contrapuestos y convenientes, fórmula invencible para mejorar el rendimiento individual de cada participante.
Descorchada la temporada, el buen café supo mejor cuando llegó el momento de revivir lo que acaba de finalizar. La carrera tocaba a su fin, sin embargo, en el imaginario colectivo no había hecho más que empezar. La otra carrera, la que se corre en casa, la que como poco dura hasta la siguiente.
“Otro café”, se escuchaba pedir. La carrera hacía tiempo que había terminado, pero la historia todavía daba mucho más de si.