Este próximo martes se presenta La Vuelta del 2024. Lo hará en Madrid, con la noticia del regreso a Portugal. Desde 1997 no pisaba tierras lusas la ronda española en una edición que ganó el suizo Alex Zulle. Mucho ha llovido desde entonces. Será una Vuelta cien por cien ibérica, con tres destacadas referencias portuguesas inaugurales: Lisboa, Oeiras y Cascais
Todo indica que el norte de la península volverá a ser determinante en el devenir de la Vuelta’24. Galicia, Asturias, las montañas de Burgos y del País Vasco marcarán una ronda sin treguas ni días de transición. Las filtraciones autorizadas adelantan el regreso de cotas emblemáticas como los Lagos de Covandonga, el Cuitu Negru o el Picón Blanco, por citar algunas de las emboscadas que tiene diseñada la organización para asegurar espectáculo y emoción a lo largo de las tres semanas que transcurrirán entre el 17 de agosto y el 8 de septiembre.
Portugal regresa a La Vuelta, que en el 2024 será 100% ibérica.
La inversión portuguesa
En más de dos millones de euros han cifrado las autoridades portuguesas la inversión para contar con la presencia de La Vuelta. «Gastaremos una cantidad cercana a los 2 millones de euros para la organización, pero la Vuelta llevará una caravana de tres mil personas a las zonas elegidas, sin contar a los turistas y aficionados. Esperamos que solo estos últimos puedan gastar 500.000 euros en un solo día, incluyendo hoteles, comida y tiendas», dijo el promotor Luís Castro en declaraciones difundidas por Marca.
Son cifras importantes de las que vive La Vuelta y cualquier carrera ciclista. Se invierte para promocionar el destino y recuperar gran parte de la inversión con la masiva afluencia de aficionados en días que se convierten en una fiesta. La televisión también tiene una repercusión destacable. Las imágenes de la carrera se convierten en un anuncio inmejorable gracias al espectáculo y la emoción que consiguen transmitir los ciclistas.
Las islas en el horizonte
Cada año la organización rinde homenaje a una institución o algún motivo histórico relevante. En el 2024, la elección es Telefónica, empresa que celebra un siglo de historia. Estrechamente vinculada al ciclismo, gracias al patrocinio continuado al club pamplonés Abarca Sports- Movistar Team, Telefónica será una de las grandes protagonistas de la próxima edición.
En las últimas semanas, hay un comentario creciente que barrunta una Vuelta de las islas para el 2026
Algo que me conduce a considerar la posibilidad que en el 2026 sean las islas el centro sobre el que gravite el homenaje en cuestión. Las islas Canarias llevan años persiguiendo la idea. En setenta y ocho ediciones que se han celebrado nunca se rodó en suelo canario. Una asignatura pendiente que debería saldarse algún día. No olvidemos que Sicilia es una habitual en el Giro de Italia. Si en el siglo pasado se entiende que los inconvenientes resultaran insalvables, avanzado el siglo XXI, se supone que las dificultades deberían ser más salvables.
Mallorca se apunta
Mallorca sí que ha tenido la suerte de ser anfitriona de La Vuelta. La primera vez sucedió en 1986, organizando las dos primeras etapas: un prólogo que ganó Thierri Marie, y una etapa que recorrió ciento cincuenta kilómetros la isla. En 1998 volvió a Mallorca con una etapa en línea y una contrarreloj, ganada por Abraham Olano.
El Consell de Mallorca aprobó la pretensión de organizar el regreso de La Vuelta a la isla.
La posibilidad de que La Vuelta regrese a Mallorca está en la agenda de las autoridades mallorquinas. La pretensión es ambiciosa. El cambio de fechas, en pleno mes de agosto, dificulta la empresa, teniendo en cuenta que Mallorca se encuentra en plena temporada turística, con todo lo que ello representa, tanto en materia de comunicaciones como de infraestructuras. La saturación y sus consecuencias son un contratiempo que obligaría a reforzar la viabilidad y buen desarrollo de una competición de élite mundial.
“La Vuelta de las islas” puede convertirse en una realidad en el 2026. Hay tiempo por delante para sortear los inconvenientes y preparar una propuesta atractiva y factible. Mallorca y Canarias unidas por el ciclismo. Dos destinos consolidados para miles de cicloturistas, con rincones de belleza natural incuestionables, son motivos más que suficientes para que la inversión sea rentable para todas las partes.