Pogacar, un “uomo solo al comando”

La Lombardía rezuma el saber añejo del ciclismo puro, del ciclismo de buen paladar. Una carrera más que centenaria, en el corazón más bello y elegante de Italia, que desprende clase a borbotones. Además, nos remata la temporada. Un año para el recuerdo, un ejercicio ciclista con superávit de emociones y grandes batallas. El ciclismo ha ganado y la afición se ha visto favorecida con grandes dividendos de emoción y de momentos inolvidables. 

Las piernas doloridas por calambres, llevan la carga pesada de un año repleto de carreras, de intensas emociones soportadas en ese caballo de sufrimiento, que necesita cada vez más del esfuerzo minucioso, detallista e incesante, además de una vida tan entregada como la de un ermitaño a su vocación.

Ver a Pogacar escapado en solitario por los mismos lugares que el mítico Coppi nos recreó en el ciclismo más añejo.

Fausto Coppi sigue vivo en la Lombardía. Su alma gravita en cada rincón del recorrido y, en la jornada vivida, volvió a reaparecer bendiciéndonos con su recuerdo. Es la gracia que conlleva ser una leyenda eterna.  Coppi, el ciclista de las largas y solitarias escapadas, que prefería huir del pelotón y evitar los riesgos de una caída, sumó cinco triunfos en la “Classica delle foggie morte”. Aquel hombre solo al comando; su maillot es blanco y celeste; su nombre, Fausto Coppi” que narraba el mítico Mario Ferreti, bendijo la cabalgada gloriosa de su elegido, Pogacar. 

Pogacar se la juega en el Garda

Tadel Pogacar, que vio perder la carrera de Emilia en los últimos metros en favor de un pletórico Roglic, se la jugó con una escapada en el descenso del Garda. Arriesgó más que los demás, inquietos por la caída que eliminó a Evenepoel en los primeros compases de la que se ha convertido en su carrera maldita. El recuerdo del suceso del Muro di Sormano sobrevoló en el descenso trascendental del esloveno. Pogacar arriesgó en su apuesta y le salió póker

Un hombre solo al comando se dirigía como un cohete hacía su tercer Monumento lombardo; con maillot blanco, y de nombre, Pogacar, el mismo que triunfó en última París-Niza, en el Tour de Flandes, en la Flecha Valona. El mismo que una desgraciada caída le impidió, probablemente, añadir a su rosario de triunfos la cuenta de la Lieja- Bastogne-Lieja ― se dirigía, como el gran campeón que es, hacia la avenida de Roma de Bérgamo, con la idea de alzar nuevamente los brazos. 

Cinco monumentos, cinco escapadas

Lo conseguiría en solitario, convirtiendo la temporada 2023 en la de las grandes escapadas. Los cinco monumentos del año se han ganado a la fuga, a lo Coppi.: Van der Poel,  en la Milán-San Remo y París Roubaix; Evenepoel en la Lieja-Bastogne- Lieja y Pogacar en el Tour de Flandes y Lombardía. Todos alcanzaron el triunfo con el público encendido y exultante como única compañía. 

Pogacar no necesitaba redención alguna, Es el ciclista más completo de las últimas décadas. Un hombre capaz de ganar en la clásicas, en carreras de una semana y en una gran vuelta, algo que no se veía desde los tiempos de Eddy Merckx, Sin embargo, a me gusta vincularlo más con Fausto Coppi, y a la Lombardía parece que también. Eslovenia e Italia son fronterizas, comparten historias e influjos. Este Giro de Lombardía, nos regaló el recuerdo del ciclismo puro, añejo y romántico, el que elevó al cielo a Coppi, el que convierte a Pogacar en un ciclista de ensueño, en un “ uomo solo al comando” del ciclismo actual. 

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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