A las puertas del Tour de Francia con mayor expectación de la última década es oportuno analizar los diferentes estamentos que cohabitan en el pelotón actual. El virtual campeón del Tour, el danés Jonas Vingegaard, se ha ganado la vitola de favorito por méritos indiscutibles. Estar acompañado del mejor equipo le catapulta a mirar de igual a igual al gran capo del momento, Tadej Pogacar. Nadie discute que el esloveno es el mejor ciclista presente, sin embargo, ser el mejor no otorga la condición de invencible. Se demostró en la última edición de la ronda francesa. Los Jumbo Visma iniciaron una guerra de guerrillas que terminó por arrebatarle el maillot jeaune, cuando semanas antes del inicio del Tour era un opción casi impensable.
Vingegaard y Pogacar acapararán todos los focos por méritos propios. Son los favoritos indiscutibles, sus movimientos centrarán toda la atención mediática. La revancha del esloveno y la defensa del título del danés harán correr ríos de tinta, con total justificación.
Los otros favoritos
En otras épocas, el artículo finalizaría reiterando otros méritos y cualidades de la referida pareja. Sin embargo, la rica actualidad ciclista obliga a abrir un nuevo punto y aparte con diferentes protagonistas. No encontraremos a Evenepoel en Bilbao, otra de las grandes figuras del momento. Llegará el día en que veamos al Pitbull belga en la Grand Boucle, llamado por el destino que une a los grandes con el principal aquelarre ciclista del año. Otro belga que bien podría intentarlo en alguna temporada es Van Aert. Es una posibilidad más remota por su condición de ciclista total. Lo que se puede garantizar es que le veremos participar y animar el Tour como hizo el año anterior, hasta convertirse en un hombre decisivo y clave para Vingegaard, además de un gregario de lujo.
Otro de los ciclistas con los que se ha especulado y no estará presente es Primoz Roglic. Al vencedor del Giro, quizá se le escapó el Tour que tenía en sus piernas y corazón en aquella dramática cronoescalada de Le Plache de les Belles Filles. Las paradojas de la vida acabaron por endulzar el amargor de aquel día en el Monte Lusari. El esloveno es otro que con el palmarés que atesora, en otras circunstancias, merecería volver a intentar ganar un Tour, si bien, me temo que debería ser defendiendo los intereses de otro equipo.
El Tour de Francia 2023 promete ser el más abierto y emocionante de la última década.
Egan Bernal estaba llamado a abrir una época después de la exhibición con la que se proclamó vencedor del Tour en el 2019. Convertido en el primer latinoamericano en llegar de amarillo a París, desde aquel glorioso momento, su vida deportiva ha estado marcada por las lesiones. En la Dauphiné ha demostrado estar de vuelta. Aún sigue gravitando la duda cuando se le enfoca y compara con la dupla favorita. ¿Tendrá el colombiano la confianza suficiente para atacar con la agresividad que le caracterizaba?. Difícil respuesta. Me inclino por la negativa, de momento.
Sin salir del continente americano, conviene detenerse en Richard Carapaz. Se ha preparado a conciencia, sabedor de que la oportunidades le van pasando y no regresarán. El ecuatoriano aspira a entrar en los puestos de podio, y una vez en la flor y nata, jugarse la opción con el pundonor que le caracteriza. Personalmente, encuentro su verdadero lugar en la lucha por algunas etapas más duras de la próxima edición.
La encrucijada española
Llega el difícil momento de analizar el papel de los españoles. Obliga comenzar con Enric Mas. El mallorquín llega al Tour siendo una verdadera incógnita. Su papel en la Dauphine no ha hecho más que acentuar la incertidumbre y ampliar la distancia con los principales favoritos. La sanción de veinte segundos que se le aplicó por tener el coche de equipo muy cerca en la CRI entre el Loira y el Rodano, aumenta las dudas. Enric Mas se ha preparado a conciencia. El trabajo psicológico que tan buenos resultados dio en las pocas semanas que separaban el Tour de La Vuelta puede volver a ser clave. De lo contrario, el Tour se le puede hacer muy largo al mallorquín. En La Vuelta puede ser diferente.
Mas, Landa y Rodriguez son los grandes abanderados del ciclismo español en el Tour 2023.
Landa es un tapado que no sabemos si algún terminará por descubrirse. Los Bahrein desparecieron en el pasado Tour. Deambularon muy cerca del coche escoba. Es fácil imaginar que este año no será igual, y el vasco tiene la responsabilidad de que algo así no vuelva a suceder. Cuando se habla de Landa es difícil no ser entusiasta o detractor. El vasco volverá a tener la palabra para concretar la descripción.
La esperanza se redobla con Carlos Rodríguez. El granadino debutará en el Tour con todas las expectativas en torno a él. Milita en uno de los mejores equipos del mundo y sus registros contra el reloj son mucho mejores. Tendrá en la montaña al colombiano Daniel Felipe Martínez de compañero ideal, y nadie discute de su talento y excelentes condiciones. Le vimos sufrir y levantarse en la última Vuelta, hasta que el cuerpo le dijo basta. Será uno de los grandes atractivos del próximo Tour. En el 2021 le faltó un suspiro para hacerse con el Tour del Porvenir. Aquel excelente resultado zanjó el pasaporte definitivo hacía el profesionalismo. En pocas semanas alcanzará el sueño de todo joven ciclista. Competir y disputar un Tour de Francia.