Luis García Plaza parece que, para algunos, es el único culpable de estar hoy tan cerca de la Segunda División. Pero analizada con frialdad la situación, no solo la de esta última mala racha, hay algunos otros. Comenzando por una mayoría de futbolistas que no reúnen las cualidades tácticas para estar en una elite del fútbol de la cual la liga española forma parte. De forma individual podrían estarlo, pero en el juego colectivo de ninguna de las maneras. Algunos no llegan a entender cuestiones básicas del fútbol competitivo. El propio técnico madrileño llegó a comparar al equipo de su hijo con uno de Primera, dando a entender algunas carencias gravísimas que volvieron a mostrar en Balaídos y que son los primeros que se enseñan.
García Plaza comparó a sus futbolistas con el equipo de su hijo, dando a entender algunas gravísimas carencias.
Incapaces
Da la impresión que apenas son unos pocos de la plantilla que están metidos al cien por cien y lo viven con intensidad. En definitiva, que los errores groseros que se visualizan en los partidos son por falta de conocimientos futbolísticos y de concentración. Cualquiera que ha visto fútbol tiene conceptos del juego muy claros dependiendo de la hoja de ruta por la que esté transitando el partido y siempre con el resultado como referente. Plaza, en 27 partidos de liga, ha sido incapaz de hacerles llegar mensajes básicos. Pero el culpable no es el entrenador sino unos futbolistas más preocupados en quedar bien en las redes sociales que sobre el césped.
No va con ellos
A estas alturas de la competición ya no hay solución. Cuando Pablo Ortells ficha da por hecho que el jugador tiene una base en conceptos, vamos a llamarlos filosóficos, del juego. Algo que, desgraciadamente, en el Mallorca no es así. Estoy cansado de escuchar al míster hablar de falta de experiencia, no saber aguantar un balón en campo contrario, salir concentrados y un sin fin de quejas. Parece como si no fuese con ellos.
Un hipotético descenso a Segunda creo que podría ser desastroso. Tengo serias dudas de cómo reaccionaría la propiedad de cara a su continuidad. Que el proyecto de Son Moix, incluso con los permisos municipales, podría frustrarse además de otros escenarios que el club tiene sobre la mesa en materia de crecimiento económico y social podrían quedarse en un cajón de la planta noble.
Abismo
Cuando parece que los buenos números financieros es una realidad, la activación laboral es un hecho pendientes solo de la guerra en Ucrania, regresar al pozo del fútbol de plata impediría la reactivación y proyección de la entidad. Hacía tiempo que no veía los resúmenes de la Segunda División. Simplemente la dimensión y la proyección entre una competición y la otra debería ser suficiente para que estos despistados futbolistas se den cuenta de lo que les espera si no salvan la categoría.
Otra cosa es que la mayoría acabe marcharándose. Es otro mundo lejano a lo que se vive esta temporada entre los Top-20 del fútbol español. Por cierto, el lunes llega el Madrid a Son Moix. Quizás habría que aprovechar para ir al estadio. No sea cosa que volvamos a estar tiempo a volver a ver a los blancos por la isla.