De los insultos al vandalismo. Dominik Greif ha denunciado en su perfil de Instagram que la carrocería de su vehículo de alta gama, en concreto la tapa del capó, ha recibido varias rayaduras. El portero eslovaco del Mallorca, que actualmente no está en dinámica de competición con el equipo, reaccionó de forma irónica con un breve comentario:
Al alma de buen corazón que le gusta jugar con las llaves, y al parecer no le gusta el color de mi coche, que sepas que no me quita el sueño y me hace reír el hecho de lo desesperado y triste que estás. Bueno, espero que te sientas mejor ahora y que tu vida ya no esté vacía. Saludos.
A pesar de que se desconoce la motivación de este acto vandálico, este hecho no debe desligarse de la tensión que, tras los últimos resultados del equipo mallorquinista, se ha desatado en las redes sociales con chistes macabros, insultos y amenazas a compañeros de Greif como Jordi Mboula o Pablo Maffeo. En el caso del lateral derecho catalán, recibió un audio con graves amenazas a su familia después de la derrota frente al Barcelona en Son Moix.
Después de la victoria ante el Eibar, en dieciseisavos de la Copa del Rey, Luis García Plaza quiso quitarle hierro al asunto en rueda de prensa señalando que la gente de las redes sociales “no representan la realidad de la calle porque no les dicen a los futbolistas que le peguen un tiro a su hijo”. Lo que no admite lugar a dudas es que Greif ya ha comprobado cual es esa realidad de la calle donde no hay respeto material por lo ajeno seas o no portero de Primera División y tengas mayor o menor responsabilidad en la dinámica de resultados del equipo.