La victoria del Bahía San Agustín ante el Juaristi devolvió la esperanza y la ilusión a la afición. Hacía olvidar los malos resultados cosechados hasta la fecha en el mal inicio de esta temporada. Pintaba bien el encuentro en Huesca porque el equipo venía de jugar un buen partido y se enfrentaba al colista de la liga.
Visto el juego desplegado por los oscenses, la clasificación es engañosa. Como seguramente lo es también la del Palma. Contra el conjunto vasco el equipo funcionó como el engranaje de un reloj suizo. Todos los jugadores aportaron, se trabajó bien en defensa y en ataque y se empezaron a ver brotes verdes. Pero una helada nos los ha matado de golpe.
No tengo tan claro que estos jugadores sepan a donde quieren llegar o entienden donde quieren llevarles sus entrenadores.
Realidad
La realidad es muy dura y este Palma, que no es para nada el equipo del año pasado ni de anteriores, es un grupo de jugadores que están buscando una identidad de equipo y un estilo. Que visten la misma camiseta, sí. Pero no tengo tan claro que sepan a donde quieren llegar o si entienden donde quieren llevarles sus entrenadores.
La afición quiere que el equipo gane y, a día de hoy, el equipo no gana. Y puede ser que al final esta sea una temporada muy complicada. La campaña es muy larga y, por suerte, quedan muchos partidos. Pero hay que tomar decisiones y encontrar la clave ya.
Responsabilidad
La culpa es muy mala compañera de viaje y, en este caso, sería muy fácil darle la culpa a Pau Tomàs y Álex Perez. Creo que su único fallo es no ser capaces de encontrar la tecla que active a este equipo. Un equipo joven y con poca experiencia en la competición. Una competición que es dura y exigente si analizamos la plantilla de la mayoría de equipos. Este año nos encontramos con jugadores expertos en la competición y con la veteranía suficiente para coger el timón. En el caso del BSA solamente veo a Pol Figueras con esta capacidad.
Otra cosa que se puede deducir es que la marcha de Kike Fernández está pesando más de lo que se podría creer. Tal vez su importancia en la estructura deportiva era mayor de lo que nos creíamos. Al final la responsabilidad es de todo el conjunto. De los que están en el parquet, en la banda y los despachos. Lo que queda de temporada será muy complicada si no se empieza a ganar. Alguien debería empezar a acariciar el botón de emergencia, apretarlo y parar máquinas. Pensar un minuto y tomar decisiones para no llegar al final de la temporada muy justos. Pero hay que hacerlo rápido.