Irresponsables

Algunos futbolistas del RCD Mallorca están demostrando una grave falta de responsabilidad con el club que les paga, con el resto de compañeros y su entrenador Luis García Plaza. Hasta aquí hemos llegado. Llevo semanas callando y mirando hacia otro lado pero todo tiene un límite y el mío ha tocado techo. Es indigno ver en las redes sociales de algunos jugadores del primer equipo fotos que ellos mismos publican en bares, terrazas y restaurantes saliéndose de la famosa burbuja anti covid.

Poco que les interesan las graves consecuencias de un brote covid hasta el punto de perder el ascenso directo.

Inconscientes

Solamente se les puede calificar de inconscientes y nada solidarios cuando el equipo está en el momento decisivo de la temporada y jugándose el ascenso a Primera División. No saben valorar los privilegios que han tenido solamente por ser futbolistas de élite y siguen hoy disfrutan en comparación al resto de ciudadanos para evitar que se contagien del covid 19. Mientras ellos viajan en aviones privados, habitaciones individuales, pasan PCR cada 48 horas y su empresa, el Mallorca, se está gastando en seguridad cientos de miles de euros.

Infame

Unos pocos dinamitan el trabajo de mucha gente que los mima y cuida para que no caigan enfermos y puedan rendir en su trabajo. Es cierto que uno puede contagiarse incluso siendo estricto en sus comportamientos pero lo infame es pasarte por el forro todas las recomendaciones y adornarte en las redes sociales con ostentación. Como si estuvieras por encima del bien y el mal. Afortunadamente son unos pocos y además tienen poco protagonismo últimamente sobre el césped. Pero tiran por los suelos su imagen que poco o nada debe importarles y la de un club serio que, con Alfonso Díaz al frente, está siendo ejemplar en la gestión de la pandemia.

Mal ejemplo

Es increíble lo poco que les interesa su profesión o las graves consecuencias que para el equipo supondría un brote covid hasta el punto de perder el tren del ascenso directo a Primera. Ellos seguirán aquí o en otro club viviendo en su fantasioso mundo de la vida fácil hasta que se les acaben los privilegios que, por cierto, no son capaces de valorar. El club debería tomar cartas en el asunto. No es cuestión de recortar las libertades o sí porque hay mucho en juego. Muchos millones de euros, prestigio de estar entre los grandes, de que la afición vuelva a disfrutar de ver a las estrellas de LaLiga y que los niños vuelvan a engancharse al equipo. Mucho se ha elogiado al grupo. El primero ha sido Luis García Plaza. Pero en este final de curso hay algunos que, por su falta de valores, no deberían seguir. Están siendo un mal ejemplo.

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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