El fin de semana del 13 y 14 de marzo los balones de baloncesto volvieron a botar en partidos oficiales. Volvemos a competir aunque no todos. Premini y mini aún no pueden hacerlo pero sí infantiles, cadetes, juniors y seniors. Personalmente tuve la suerte de poder ver dos partidos. Uno como entrenador ayudante -que también tenía ganas- y otro como espectador. Los dos de equipos del club del que formo parte y reconozco que fueron especiales por muchos motivos. El principal por poder volver a ver baloncesto ya que hace tiempo que venimos reclamando que se pudiera volver a competir. Aún seguimos luchando para que los peques puedan volver a hacerlo después de más de un año. Al menos ahora pueden entrenar con contacto que parece ser la antesala de la vuelta a la competición.
Seguimos luchando para que los peques puedan volver a competir después de más de un año.
Rutinas
Es un gustazo volver a las rutinas de los partidos. Saludas a los componentes de la mesa y a los árbitros. Recibes al equipo contrario aplicando todo el protocolo covid que tenemos marcado en el club y se marca también desde al federación. Ves el calentamiento para analizar a qué jugadores les ha venido bien este parón para mejorar y a cuales no. Y llega el momento de empezar el partido. Antes el minuto de silencio en homenaje a Pablo, jugador del Ciutat d’Inca, emotivo como todos los homenajes aunque, si cabe, este un poco más. Finalmente se preparan los jugadores para el bote inicial. Ese momento en el que el arranca el partido, es el momento que te concentras, que tus ojos empiezan a ver jugadas, pases, aciertos, fallos, que te lamentas de tiros fallados y te alegras de los metidos. Ves detalles, momentos, movimientos y todo lo que sucede en la pista.
Adrenalina
Ver un partido es un chute de adrenalina. Un subidón que disfrutas mucho. Si tu equipo juega mal porque ves mucho trabajo a realizar. En el caso de que el equipo juegue bien y hasta gane, muy satisfecho por que el trabajo realizado por los entrenadores da sus frutos. Si no ganas o no juegas bien, por que ves que queda mucho trabajo por realizar. Al final este deporte, en clubes pequeños como el nuestro especialmente, va de trabajar mucho. Pulir alguna perla, buscar la evolución de todo el grupo y la fórmula para que los jugadores se conecten. Que crean en el proyecto, quieran trabajar y mejorar con el objetivo final de conseguir que en los partidos disfruten de jugar.
Seguimos jugando.