El del domingo puede considerarse un partido de Primera. Cuando a uno oye hablar de un Mallorca-Espanyol o Espanyol-Mallorca es imposible que no le venga a la cabeza la máxima categoría de nuestro fútbol. Los mallorquinistas llegaron a estar dieciséis temporadas consecutivas y los pericos veintiséis. Vicente Moreno llega tocado al partido. Los equipos con aroma a campeón se les reconoce porque, en los partidos ajustados y con resultado incierto, la moneda al aire siempre cae de cara.
El paso por Primera División les ha permitido volver a ser un equipo muy superior al resto.
Todo de cara
Lo vimos la pasada jornada en el Mallorca en el Carlos Belmonte. Este equipo tiene ahora comportamiento de campeón. Al Espanyol le está saliendo cruz. Se dejó puntos en Lugo, el Rayo Vallecano le remontó dos goles en casa y el Girona también les batió desaprovechando un montón de ocasiones. Los rojillos ya pasaron su bache de un punto de nueve posibles y han vuelto a resurgir. El partido del domingo puede permitir al Mallorca situarse ocho puntos y el golaveraje por encima del Espanyol. Tiene pinta que el ascenso directo quede muy definido a favor del equipo de Luis García.
Superiores
Hace dos temporadas, cuando el Mallorca estaba en Segunda, había mucha más igualdad. Sacaban los partidos adelante pero sufriendo. Este año vi mucha diferencia sobre el Almería en el partido del Juegos del Mediterráneo. Los barralets no necesitan hacer su mejor partido para sumar como visitantes. El paso por Primera División, a pesar de no haber logrado la permanencia, les ha permitido volver a ser un equipo muy superior al resto en la categoría de plata.
