La próxima temporada muy posiblemente disfrutaremos del ansiado derbi entre el RCD Mallorca y el Atlético Baleares en Segunda. Me alegra que el conjunto blanquiazul tenga todas las papeletas para ingresar en breve en el fútbol profesional. Algo que, en las últimas temporadas, se le ha escapado en el último asalto. Por contra me entristece que los rojillos puedan ser descendido en los despachos si no se vuelve a jugar estando solamente a un punto de la salvación cuando quedaban la friolera de once partidos por jugar.
Los destinos de balearicos y mallorquinistas dependen de las decisiones que se tomen si no se reanuda la liga.
Cara y cruz
Esperemos que el equipo dirigido por Manix Mandiola se vea beneficiado por la decisión de Luis Rubiales en ascender a los cuatro primeros de cada grupo de Segunda B. Lo mismo debería suceder con la UD Poblense que ha demostrado una gran solvencia durante el campeonato de Tercera. Al Mallorca solamente le puede beneficiar todo lo contrario. Para ellos es imprescindible que vuelva la liga para quemar sus naves, en un final con enfrentamientos difíciles con equipos de la zona alta y rivales directos, para intentar salir del descenso.
Descafeinado
La vuelta del ATB al fútbol profesional no será como los balearicos han estado soñando. No habrá fastos, bus descapotable, fiesta en el balcón de Cort ni celebración en la fuente de La Rambla. Vivirán un ascenso light y soso. Lo importante para el aficionado debe ser saber que la próxima temporada el nombre de su club estará en el mapa del fútbol nacional en radios y televisión. Me alegro por los balearicos más veteranos. Los auténticos que vivieron momentos históricos cuando su club tenía un espacio deportiva, social y mediáticamente hablando en la isla.
Profesionalización
Ahora, como club de Segunda, le llega una nueva oportunidad para intentar recuperar su posicionamiento social, que gracias a una plataforma como es LaLiga debería ser más fácil. Por dinero no será. El club se embolsará seis millones de euros que deben ayudar a cambiar muchas cosas por no hablar que del nacimiento de una empresa. Con la infraestructura actual, un estadio en obras, sin ciudad deportiva, tampoco sin ejecutivos con currículum en el fútbol profesional ni una sede; a la propiedad alemana le queda mucho trabajo por delante si se confirma el ascenso. Por ahora el derbi espera a que los despachos lo confirmen.
Portada: Lance del derbi disputado en Son Malferit en la temporada 2017/18 (GuiemSports).
