El entrañable y entusiasta Tolo Güell nos ha dejado en plena crisis del coronavirus. Hubiese sido de gran ayuda poder contar con él ara concienciar a la ciudadanía y hacerles llegar algunos mensajes de convivencia tan necesarios en estos complicados días que vivimos. Tolo era un gran comunicador capaz de movilizar a miles de personas en la popular marcha Des Güell a Lluc a peu y en tantos otros eventos siempre envuelto en la bandera de la mallorquinidad. Le conocí en el cuartel general de su emblemático bar ubicado en la calle Aragó. Allí fue donde, gracias a los encuentros que organizaba con gente del deporte, tuve la ocasión de descubrirle en la década de los años 80.
Movilizaba a miles de personas en tantos eventos siempre envuelto en la bandera de la mallorquinidad.
Polifacético
Nunca he sido muy partidario de frecuentar este tipo de eventos, mesas redondas o debates. Pero a Tolo no le podías decir que no. Su vitalidad, entusiasmo y, sobre todo, el cariño con el que siempre te trataba terminaba por convencerme para colaborar en lo que en ese momento llevara entre manos. Güell tocada todos los palos a nivel de cultura, sociedad, política o deporte. Fue en este último campo, en especial el fútbol y su vinculación como peñista del Mallorca, donde tuvimos una relación más fluida. Su mallorquinismo acérrimo también nos llevó, en alguna ocasión, a mantener discrepancias pero con Tolo era imposible enfadarse. Su elevado grado de humanidad hacía que, con una llamada de teléfono, quedara todo olvidado y al poco tiempo era capaz de involucrarme en otro proyecto.
Peñista
Recuerdo con especial cariño su etapa al frente de la peña mallorquinista de la que todavía guardo un gorro conmemorativo de un partido de la Recopa de Europa ante el Varteks croata de 1999. Ahora lo utiliza mi hijo pequeño cuando acude al estadio de Son Moix en días de frío. El lema de la peña era “Per un Mallorca gran” y es que Tolo y toda su gente vivieron la época dorada del club. La peña viajaba por toda Europa siguiendo al equipo rojillo y al frente de la expedición siempre estaba el incombustible Tolo Güell. Cuando el club necesitaba quien fuese, el presidente contaba siempre con la capacidad de movilización de Güell unida a los Tacha y Garro. Los tres formaban un eje popular capacer de aglutinar a miles de personas, mayores y jóvenes, para las grandes citas del club.
Influencer
A los 79 años, una larga enfermedad se lo ha llevado pero ya debe haberse encontrado con otros mallorquinistas. Seguro que tardará poco en montar una tertulia futbolera en la que, entre otros muchos, estarán Dalmau presidiendo la mesa y Perico Colombás encargándose de animar la cena de pa amb oli. No diré aquello de “descanse en paz” porque Tolo ni en el cielo descansará a pesar de que no haya podido llevarse la vespa con la que le veíamos desplegar nuestra bandera. Tolo Güell fue un influencer de megáfono.
Portada: Tolo Güell entregando en su peña un galardón a Miquel Ângel Nadal (Diario de Mallorca).
