El empate en el Villamarín ante el Betis debe servir de ejemplo para darnos cuenta de que conseguir la permanencia rozará la heroicidad. El equipo de Vicente Moreno arrastra un déficit tan grande en puntuación fuera de casa que el punto ni las buenas sensaciones que se ofrecieron han sido suficientes para salir del descenso. No solamente eso, sino que la realidad de la situación queda reflejada en la clasificación. El Mallorca está hoy casi a un partido de la salvación. Los predijo en técnico nada más acabar el partidos en Sevilla cuando vino a decir que el puntos sumado no iba a servir de nada.
La Primera División es una categoría para la élite y al equipo le está costando acomodarse a ella.
Sumar de tres en tres
Todo es más complicado a estas alturas de curso. Hay que sumar de tres y estar pendientes de los rivales que no hagan los deberes con una presión añadida sobre el futbolista al que le puede pasar factura. Si a todo este escenario le añadimos la falta de calidad y la inexperiencia de algunos jugadores el futuro se presenta muy negro. Solo restan trece partidos y parece que fue ayer cuando se vivían días de euforia con el regreso a Primero pero, poco a poco, se ha entrado en un querer y no poder. La Primera División es una categoría para la élite y al equipo le está costando acomodarse a ella.
Desánimo
Sin margen de maniobra, además de tener que sumar, hay que jugar en otros campos esperando el fallo de los rivales directos lo que le añade un plus de estrés al panorama para el final de la liga. Hay que prepararse para el peor de los escenarios que podría pasar por agrandarse la distancia con la salvación. También podría caerse en el desánimo en las próximas semanas si, a pesar de jugar bien y marcar goles, no existe una recompensa en la clasificación. La puntuación mínima para la permanencia crece a medida que se acerca el final y no parece que los 38 puntos sean suficientes.
Sin referentes
Tras la salida de Molango la institución carece de un referente en la institución que pueda aglutinar a todas las partes implicada para una Operación Salvación. Todo queda en manos del entrenador. A Moreno solamente le falta ejercer de portavoz del club en las ruedas de prensa de los viernes para temas colaterales. Mientras la propiedad no nombre a un CEO o director general, habrá que preguntarle al míster por la venta de entradas y del solar del Lluís Sitjar, la reforma de Son Moix y el estado de las licencias de la residencia de Son Bibiloni. El club llega muy mermado sin una persona con cononcimientospara dirigir y organizar algo tan difícil como una situación de crisis deportiva e institucional.
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