El partido del sábado en el Nou Estadi de Tarragona es un caramelo envenenado para el Mallorca. Los de Vicente Moreno deberán saltar al césped con la cautela que les faltó en Córdoba. Frente a un conjunto califa al borde del descenso, los rojillos encajaron en los primeros minutos y fueron a remolque en todas las acciones hasta que le faltó tiempo para empatar.
El partido del sábado en el Nou Estadi de Tarragona es un caramelo envenenado para el Mallorca.
Redención
El exceso de confianza es un mal compañero de viaje en esta Segunda División y más ante un Nàstic que la próxima temporada será equipo de bronce. No creo que los catalanes le den facilidades al Mallorca. No han hecho los deberes descendiendo a seis jornadas del final y, sobre todo, hay jugadores que no querrán jugar la temporada que viene en una categoría inferior con los tarragonins. Es por ello que tratarán de exhibir su nivel competitivo como si cada partido que resta de aquí hasta el final fuese un escaparate.
Sin presión
Tampoco tienen presión y ello, como hemos visto esta semana en la Champions, te puede jugar en contra. Cuando uno piensa que tiene un partido ganado, aumentan las posibilidades de que entres en pánico si las cosas se tuercen. El Nàstic no temerá fallar un pase, poner el pie y desplegarse sobre el campo. Para los de Moreno es una oportunidad que no deben desaprovechar saliendo con las ideas claras de inicio a pesar de tener algunas bajas. Sumar la cuarta victoria consecutiva mantendría la distancia respecto al séptimo clasificado y metería presión a Granada y Albacete que, en la próxima jornada, deberán medirse.
Portada: Los futbolistas rojillos agradecen a la afición el apoyo en Son Moix (LaLiga).
