Vicente Moreno ha conseguido lo que sus precedesores no lograron como inquilinos del banquillo del Mallorca. La palabra ilusión había desaparecido del diccionario de los simpatizantes y, más especialmente, de los abonados. Las contínuas decepciones deportivas y las conspiraciones en la planta noble consiguieron desconectar el mallorquinismo del club. El valenciano ha reconducido una situación límite marcada por la indiferencia de mucha gente que dejó de tener la curiosidad de saber el resultado de los partidos. Sin duda eso es lo peor que le puede pasar a un club de cualquier deporte.
Moreno ha revalorizado el equipo además de proyectar una imagen seria y profesional del club.
Reenganchados
El aficionado futbolero en general, también muchos rojillos, prefirieron entregar las armas y buscar otros alicientes menos estresantes que asistir al estadio o informarse de las penúrias de la institución deportiva más importante de las islas. Durante años hemos vivido de los recuerdos de la Copa del Rey, Recopa, UEFA o Champions y haber visto a grandes futbolistas vestir la camiseta rojilla o de entrenadores triunfadores. Moreno no solamente ha devuelto al equipo al fútbol profesional sino que, por sus formas, ha reconquistado a muchos que dejaron de creer en la marca RCDM. El míster ha revalorizado no solamente al equipo, sino que también ha ayudado a proyectar una imagen seria y profesional del club con un discurso que ha calado hondo y es por ello que existe el temor a que su posible marcha provoque un importante vacío de poder generando desconfianza. Parecía imposible conseguir tener una plantilla involucrada con valores y él lo ha logrado. Algo que el mallorquinismo le agradece con contínuas muestras de cariño.
Llenar Son Moix
Moreno ya ha cumplido con su misión. Ahora toca recompensarle y no me refiero solamente al afecto. Ha llegado el momento de hacerlo con hechos y ello pasa por asistir a Son Moix. No se entendería que el estadio no registre entradas de Primera División en estas últimas jornadas como sí ocurrió en Málaga. Cuesten lo que cuesten los tickets, no tiene que ser una excusa para dejarlo para los PlayOff. Es ahora que hay que volver a crear el clima de las grandes citas. No hay que esperar iniciativas populistas como la rebaja o regalo de entradas. No va con la política de Robert Sarver que prefiere premiar a los que pagaron su abono en agosto. Tampoco hay que esperar grandes o espectaculares iniciativas desde las peñas más allá de recibir al equipo a su llegada al estadio. Todo es tan simple como pasar por taquilla ya que la ocasión vale la pena.
