Este Mallorca sigue haciendo una gran campaña a tenor de las expectativas que había generado el presupuesto con el que partía al inicio de la competición. Finalmente se está viviendo una temporada con naturalidad y sin los dramas de un pasado reciente. La regularidad está propiciando que en muchos partidos, donde hay cantidad de vicisitudes, se encuentre el equilibrio y donde antes se perdía ahora se empata y se hallan soluciones en encuentros que se tuercen.
Milagros no pueden pedirse pero vemos a una plantilla desenvolviéndose por encima de sus posibilidades.
Rendimiento
Es cierto que con otro tipo de futbolistas acordes a un presupuesto más elevado, rendirían más. Pero este Mallorca es una excepción en sí mismo y muchos futbolistas están ofreciendo prestaciones por encima de los esperado. Este es el caso de Aridai que está dando un nivel excelso. Recuerdo que la última vez que le vi jugar antes de regresar a la isla estaba jugando con el Mestalla. Imagino que si no terminó en el Valencia es porque su nivel no alcanzaba a la exigencia de la Primera División. Como su caso podemos encontrar el de muchos de sus compañeros en la plantilla.
Naturalidad
Milagros no pueden pedirse pero sí es cierto que vemos a una plantilla desenvolviéndose por encima de sus posibilidades. El gran fiasco de esta temporada tiene nombres propios como el de Faurlín. Recuerdo cuando llegó Salva Sevilla hace un año que despertó dudas antes de debutar. Al final demostró ser un veterano pero honrado futbolista que eleva el listón del equipo con su calidad como mejor centrocampista de Segunda. El andaluz, Gámez o Ruiz son los ejemplos de futbolistas que rebasan su límite de prestaciones. Este es el Mallorca de la naturalidad.