No me preocupa en absoluto la racha de ocho puntos de los últimos veinticuatro en juego del Mallorca. Las temporadas, más en Segunda, son largas y el análisis del entrenador no descansa. Vicente Moreno sabe que nadie puede relajarse tras el gran inicio de temporada. Siempre se van retocando aspectos en el entrenamiento, como solucionar el problema del gol y lograr dejar de nuevo la portería a cero. La defensa no demanda tanto talento a nivel conceptual como definir ante puntería. Estoy convencido que el cuerpo técnico está enfocado en este aspecto.
Las lesiones en defensa y portería han sido un factor determinante en impedir dejar la portería a cero.
Baile de centrales
Otra lectura es que, ganando el domingo al Córdoba, vuelves a plantarte en PlayOff. Ello dice mucho de lo que es esta competición. El Mallorca mantiene el técnico de la pasada campaña y saben a lo que juegan. Es cierto que si han faltado jugadores, los resultados pueden variar. Cuando arranca la temporada nadie piensa en que llegarán las lesiones. Con el cambio de temperatura pueden empezar a llegar los problemas musculares. La zona de los centrales es más delicada que la de los laterales. Son los que más protegen la portería despejando balones y marcando de cerca a los atacantes para ganarles la posición. Los centrales deben coordinarse muy bien para obtener rendimiento y el baile que ha vivido la zaga mallorquinista estos últimos dos meses es considerable.
Agujero a la izquierda
En cuanto a los carrileros, es poco frecuente ver tantos tocados en esa demarcación. Con la baja de los dos del costado izquierdo, vemos que que Moreno está tratanto de encajar el puzzle con un extremo reconvertido u otro lateral derecho a pie cambiado. En el caso de Giner tiene otras referencias distintas al tener que estar muy atento a la posición del balón y los centrales. La debilidad de Gámez es al llegar a la línea de fondo para poder centrar con profundidad por falta de fuerza y por la pugna con el rival que terminan recortando hacia adentro atrasando la sincronización con la llegada de los elantes. Todos estos factores son asignaturas pendientes para futbolistas que juegan fuera de su posición.
Eterno suplente
El caso de la portería también es delicado. Tiene mucho mérito que Parera tenga la fuerza de voluntad para no abandonarse y mejorar para tratar de rendir a pesar de llevar más de una temporada como suplente de Reina. Su afán de superación es admirable. La figura del portero reserva es una de las más complejas y más si el jugador es joven y lo que quiere son minutos y ritmo competitivo. Por lo tanto, el papel que está jugando el manacorí es totalmente merecido. Su continuidad dependerá del estado de recuperación de un portero titular como el andaluz de tanta experiencia y jerarquía sobre el campo.
Portada: Parera atajando un balón aéreo en el Carlos Tartiere (LaLiga).