El Mallorca perdió un partido que fue incapaz de gobernar. Se mostró desquiciado, incómodo, desubicado y, en muchas fases, entregado a un Albacete que llegó al partido sabiendo muy bien como conseguir hacer daño. Y vaya si lo hizo. También es cierto que colocarte cero a uno a los dos minutos ayuda, y mucho, a desplegar tu estrategia. La segunda consideración es que el equipo ha perdido contra dos equipos poco talentosos pero muy rocosos como el Alcorcón y los manchegos.
Al equipo de Moreno no le van bien estos duelos de guerrillas, cuerpo a cuerpo o fútbol barriobajero.
Reincidencia
Los dos equipo tienen un perfil similar y utilizan todo su armamento para desactivar y bloquear a los rivales. Al equipo de Moreno no le van bien estos duelos de guerrillas, cuerpo a cuerpo o fútbol barriobajero como lo calificó Guardiola. Y si no que se lo pregunten a los Raíllo, Álex López o Abdón. El andaluz es reincidente. Es impropio de un profesional responsable dejar a sus compañeros en inferioridad durante cincuenta minutos por un puñetazo o codazo a Zozulya. Intolerable. Entre el ucraniano y el albanés Manaj torearon a todos y, para más inri, se marcharon de rositas. Los quiero en mi equipo.
Oportunidad perdida
Quien no quiero que me pite como local es el vasco Sagués-Oscoz. Un colegiado malo, malo y que demuestra que la categoría le viene grande. En Son Moix solamente hubo 7.682 espectadores. Un partido en domingo al mediodía no son horas y las cifras lo demuestran con la peor entrada del año. Una pena no haber aprovechado la derrota del líder para meter presión. Puede que incluso el equipo pierda su condición de PlayOff pronto. Aunque no me parece algo grave, es cierto que da rabia porque le habíamos pillado el gusto después de tantos años.
Portada: Lago Junior pugna un balón ante el férreo marcaje de un rival del Albacete (LaLiga).