Me desconcierta leer y escuchar hablar de sensaciones. Deberíamos crear una liga de sensaciones con tres o treinta y tres árbitros para que decidan un vencedor en cada encuentro. En esta competición, al alcanzar la tercera jornada, no habría espectadores ni generaría el más mínimo interés debido a lo subjetivo de su criteria. El aficionado de lo que vive, al fin y al cabo, es de las derrotas y las victorias. No entiendo este auto odio que tenemos lo mallorquines y las ganas de autoflagelarnos porque el equipo no está arrasando como en la primera vuelta.
El aficionado no vive de sensaciones sino de las derrotas y las victorias.
Euforia
Se está cuestionando a un equipo que el domingo puede ser el primero de los ochenta equipos de Segunda B en sellar matemáticamente el título campeón de grupo. ¿Qué pensarán en Cartagena, Miranda de Ebro o Marbella? El aficionado mallorquinista debería estar eufórico ante este escenario. Se critica que el equipo terminara con nueve jugadores. Las dos expulsiones sirvieron para salvaguardar un punto imprescindible visto como el Villarreal B tampoco fue capaz de ganar en Sabadell. En estos momentos el tema de las expulsiones me preocupan poco. Si al Mallorca le sobran jornadas antes del PlayOff, tendrá tiempo para limpiar de tarjetas a aquellos futbolistas apercibidos.
Nivel
Hay jugadores que no están en un estado de forma idóneo para afrontar el PlayOff, cierto. Pero también hay otros que han mejorado y mucho desde el bajón de resultados. Manolo Reina ha recuperado su mejor versión. Ya se le vio frente al Lleida mostrándose muy seguro en la primera parte. Álex López está también encontrando el tono después de su sanción. El caso de Cedric es para analizar. Moreno le convoca en una lista de diecinueve para quedarse luego sin sentarse en el banquillo. Oportunidades no le han faltado. Está claro que esta no es su temporada en una categoría en la que logró destacar con el filial y ahora, con la responsabilidad que comporta el primer equipo, le está quedando grande.
