Tiene 21 años y persigue el pichichi de la Tercera balear con 23 goles a cuatro de Aitor Pons. Ángel Rodado es hijo del mítico colegiado Rodado-Rodríguez y ahora es la gran promesa de la cantera mallorquinista. “Mejor que sea futbolista que no árbitro”, destaca su padre. Entre otras curiosidades, el actual informador arbitral recuerda que su hijo futbolista “llegó a arbitrar en fútbol base pero cuando llegó a División de Honor fue inviable” y confiesa, entre risas, que “cuando iba a buscarle se metían más conmigo que con él”.
“Ángel salía llorando de los entrenamientos porque no jugaba y quedó por su mallorquinismo”.
Valores
Rodado llegó al Mallorca en edad infantil tras pasar por La Soledad, La Victoria y San Francisco. El excolegiado destaca que “nunca hemos forzado a Ángel porque quiso quedarse a jugar con sus amigos del Recreativo antes de ir al San Francisco de David Pons” agregando que “el año siguiente, tras ser el mejor jugador alevín, sí que cambió de equipo”. Rodado-Rodríguez rescata la anécdota que su hijo “salía llorando de los entrenos porque jugaba poco” pero reafirma que “quiso quedarse por mallorquinismo hasta que se ganó el puesto”.
Pies en el suelo
Sobre el carácter del jóven futbolista, su padre siempre le recomienda que “tiene que ser felíz haciendo lo que le gusta, salgan o no salgan las cosas, con los pies en el suelo y aprovechar sus oportunidades” agregando que “es muy respetuoso con los colegiados”. A Rodado le queda un año de contrato con el Mallorca. Sobre su continuidad, el exárbitro confiesa que no meterse “con las labores de su representante porque confío en él” añadiendo que “si las cosas le funcionan a mi hijo, también le irán bien a él”.
Portada: Ángel Rodado remando en el Parque del Retiro de Madrid (Twitter).