El Mallorca exhibió en el feudo del At. Saguntino su versión más sacrificada y, con el mono de trabajo como equipación, consiguió tres puntos en uno de estos campos en los que tal vez no se ganan campeonatos, pero seguro que sí se pueden perder. Con un terreno de juego en pésimas condiciones se inició un partido que estuvo, por parte malloquinista, bastante bien controlado en su primera mitad. Los único argumentos ofensivos del At. Saguntino eran el juego directo, colgar balones al área y esperar segundas jugadas.
Todo pasó en la segunda parte
En apenas veinte segundos, Abdón Prats recuperaba el camino del gol y adelantaba al Mallorca. La alegría duró apenas cinco minutos al llegar el empate del equipo local. Sin embargo la sonrisa volvió a aparecer en el mallorquinismo al conseguir Bonilla el gol olímpico que, a la postre, valdría los tres puntos. Con la expulsión de Pedraza, al Mallorca no le quedó más remedio que tirar de garra, pundonor y oficio para llegar al final del partido. Esta victoria le refuerza como líder por la manera como se consiguió y pone tierra de por medio con su más inmediato perseguidor.
Portada: El vestuario del Mallorca celebrando el triunfo en Sagunto (RCDM).
